domingo, 1 de noviembre de 2009

Historia de un amor I

La ciudad de Ilíon se derrumba en pedazos, quien iba a creer que los malditos aqueos, entrarían en nuestra ciudad inexpugnable, todo ha sido desgracia desde la muerte de Héctor, todavía puedo recordar sus gritos de dolor cuando cayó ante Aquiles " el matador de Hombres", pero esta noche cuando pasemos a la historia, él vendrá con nosotros al profundo Tántalo y nuestro heroe será vengado.
Mientras tanto a ella, no la he podido ver, pero antes de que yo también sucumba ante la cimitarra y lanza de Odiseo, los dioses me dieron el don de la clarividencia y la inmortalidad, se que ella huira con el grupo del valiente Eneas, así será parte de la fundación de un nuevo imperio mucho mas grande que todas las ciudades del Peloponeso, mas digno y suntuoso que los palacios de los Persas. Este imperio sera la base de un mundo que es tan lejano que mis dones de clarividencia otorgados por Apolo, no alcanzan a ver ese reino.
Mientras nos hundimos en la penumbra, yo espero pacientemente la muerte en batalla, recuerdo como disfrutaba caminar al lado de ella, como si pudiéramos flotar sobre los muros. Recuerdo como me miraba cuando me dedicaba a domar los caballos, (no en balde los troyanos tenemos el sobrenombre de domadores de caballos), parecía que en sus ojos cabía el mundo entero.
Antes de morir se que voy a reencarnar y quizás ahí, en esa vida podre vivir mi amor.

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