miércoles, 3 de marzo de 2010

Mundo sin liderazgo I

En los últimos tiempos podemos observar que hay una gran lucha entre dos grandes bandos: por un lado tenemos una gran masa reactiva, que vive en la búsqueda perpetua de placer sin sentido, de una vida vacía y frívola, por otra parte vemos un reducido grupo de individuos que desesperadamente buscan darle sentido a su vida y tratan de trascender mas allá de su condición finita.
Lamentablemente los primeros son cada vez muchos y los del segundo bando su número es mas reducido. El fenómeno que presento no tiene que ver con una clase social o nivel educativo, tiene que ver con una estrategia que prácticamente deja todos los niveles de la sociedad desarticulados, sin mando, ni dirección, llevando a la población a un estado de profundo letargo que sólo responde a los estímulos que el dinero provee.
Esto último se logró a través de un proceso muy complicado que comenzó en el siglo XVI, el dinero se convirtió en el verdadero dios de Occidente.
A nuestros jóvenes la sociedad actual les hace creer que lo único importante es el dinero, su posesión y consecuente despilfarro, sin él, las personas no valen nada, no importa cuantos méritos tengan, sin dinero no valen nada.
Las grandes masas de las que hable líneas arriba están obsesionadas por obtener dinero y comprar objetos que les den satisfacción, se clasifican así mismos, según lo que tengan, por ejemplo qué carro traen, si tienen televisión de plasma o viven en una "zona adecuada", se enaltecen dependiendo de sus posesiones, tratan de ocultar sus complejos, vicios y orígenes bastardos con sus carros del año y otras banalidades. A todos aquellos que no tienen ciertas posesiones son denigrados por los primeros como resultante de su falta de bienes. También los primeros luchan por acabar con los segundos ya que estos últimos desentonan con la antipatía generalizada.