viernes, 29 de enero de 2010

Maquiavelo para políticos mexicanos

Maquiavelo para políticos mexicanos.
Lecciones para la sinrazón
Lección I
Si usted ha elegido la difícil tarea de servir a México, en la noble labor de los asuntos públicos o pretende serlo, entonces este ensayo es para usted, ya que como buen político (y mas aun como mexicano) no acostumbrado a leer grandes y pesados volúmenes de obras literarias, (ni tampoco pequeños libros, revistas periódicos o demás cosas que tengan letras) me di a la terrible tarea de resumir las grandes enseñanzas de una de las mentes mas brillantes que han escrito sobre política: Nicolás Maquiavelo.

No pretendo ser exhaustivo en cuanto a describir las enseñanzas de Maquiavelo debido a que se puede usted cansar y dejar este documento como muchos otros que no leyó ni leerá (e. g., de lo anterior están los oficios que firma sin leerlos y que tal vez marcan el destino de miles de mexicanos). Sin mas preámbulo espero que le sea de buen grado dicho resumen que va acompañado de ilustrativos ejemplos, para que usted no tenga que esforzar su cerebro de por si ya agotado de pensar en los grandes asuntos de la república y de las recompensas que está le da por los servicios que usted brinda.

Cabe señalar que Maquiavelo es el padre del Ciencia Política y nunca se imagino que su obra de El príncipe fuera tan criticada, mal interpretada y manipulada como lo ha sido durante siglos y lo es ahora en este ensayo, que no pretende mas que mostrar la sinrazón, lo absurdo, burda e irreal que es la política mexicana, pero exento de toda culpa a Nicolás Maquiavelo, lo malo no es de él, es pecunio de los mexicanos y su clase política.

De los principados
Maquiavelo expone su clasificación de los principados: el primero es el que se obtiene por herencia, es decir que sus padres se lo dieron o algún pariente se lo otorgo, en nuestro país esto no es nuevo al contrario desde siempre ha sido muy practicado, si usted es hijo de un político importante pues no hay mucho que hacer mas que seguir la línea y esperar que lo acomoden en algún puesto, o mejor aun le den un buen lugar en las listas plurinominales, como ya es por herencia no hay que hacer campaña, ¡qué es eso de que ande usted caminando al rayo del sol para que voten por usted! ¡No no, no! Que la gente vote por el partido y listo, así por derecho de sangre ya obtuvo un escaño en el Congreso.

Si usted no es hijo de alguien importante pero quiere una herencia, entonces tendrá que casarse con la hija de un personaje importante, quizás lo hagan diputado, subsecretario, director general de algo, o simplemente lo ponen a cuidar los jugosos negocios familiares. Aquí es muy importante seguir la recomendación al pie de la letra que da Maquiavelo: no cambie nada, deje que la inercia lo lleve, déjese querer y quiera, en pocas palabras lo no quiera llegar a “organizar” porque quizás lo eche todo a perder, recuerde que su apellido y sangre tienen fuerza en si mismas, quizás si usted se mueve, se den cuenta que no heredo nada, mas que puras taras.